(continuamos con la publicacion del Articulo de la Revista Española de Ozonoterapia sobre Fundamentos Cientificos de la Ozonoterapia)
3. PROPIEDADES FISICO QUIMICAS DEL OZONO
El ozono es el gas más importante de la estratósfera, alcanzando su máxima concentración (por encima de los 1000μg/m3) a una altura de 20-30 km. Es un gas de naturaleza inestable, color azul cielo, perceptible a concentraciones entre 98,16 μg/m3- 19,63 μg/m3. Está compuesto por tres átomos de Oxígeno (es una forma alotrópica de éste). Posee una elevada velocidad de descomposición que oscila en el orden de 105-106 mol/s.
El ozono es 1,6 veces más denso y 10 veces más soluble en agua (49,0 mL en 100 mL de agua a 0ºC) que el oxígeno y aunque el ozono no es una molécula radical, es el tercer oxidante más potente después del flúor y el perisulfato.
El ozono se produce por tres fuentes fundamentales de energía: Electrólisis química, descargas eléctricas, y radiaciones de luz UV. El ozono es un gas inestable que no puede ni envasarse ni almacenarse, por tanto, debe usarse de inmediato pues tiene una semivida de 40 min a 20ºC.3
4. MECANISMO DE ACCION DEL OZONO EN EL CUERPO HUMANO
Las investigaciones realizadas en el siglo XIX sobre las propiedades del ozono mostraron que es capaz de reaccionar con la mayoría de sustancias orgánicas e inorgánicas hasta su oxidación completa, es decir, hasta la formación de agua, óxidos de carbono y óxidos superiores. En relación con su reactividad frente a las sustancias biológicas se estableció la influencia selectiva del ozono sobre las sustancias que poseen enlaces dobles y triples. Entre éstas se relacionan las proteínas, los aminoácidos y los ácidos grasos insaturados, que forman parte de la composición de los complejos lipoproteicos del plasma y de las capas dobles de
las membranas celulares.
Las reacciones con estos compuestos están en la base de los efectos biológicos de la ozonoterapia y tienen un significado en la patogénesis de diferentes enfermedades. Sus mecanismos de acción están estrechamente ligados a la producción de cuatro especies fundamentales, al reaccionar con los fosfolípidos de membrana: ozónidos, aldehídos, peróxidos, peróxido de hidrógeno (H2O2). Su interacción será mayoritariamente con sustancias con dobles enlaces presentes en células, fluidos o tejidos. También interacciona con moléculas de ADN y restos cisteínicos de las proteínas. En cantidades adecuadas y controladas, estos derivados de la reacción del O3 con los dobles enlaces celulares, ejercen diferentes funciones biológicas y terapéuticas, actuando como segundos mensajeros, activan enzimas, como mediadores químicos y de respuesta inmune, entre otros.
Cuando el ozono entra en contacto con los fluidos biológicos (sangre, plasma, linfa, suero salino fisiológico, orina, etc.) se disuelve en el agua presente en estos fluidos y reacciona en segundos. Los antioxidantes hidrófilos y lipófilos presentes en esos líquidos orgánicos, agotan una cantidad considerable de la dosis del ozono, pero si la concentración aplicada es la correcta, permite la formación de cantidades apropiadas de especies reactivas del oxígeno, ERO y POL (producto de la lipoperoxidación). La formación de ERO en el plasma es extremadamente rápida (menos de un min) y se acompaña de una disminución transitoria y pequeña, dependiente del ozono, de la capacidad antioxidante (que va del 5 % al 25%). Esta capacidad antioxidante recupera su normalidad a los 15 min -20 min. Pero ya el peróxido de hidrógeno y otros mediadores la han difundido al interior de las células activando distintas rutas metabólicas en eritrocitos, leucocitos y plaquetas, dando lugar a numerosos efectos biológicos. El peróxido de hidrógeno actúa entonces como una molécula señalizadora en el medio intracelular, un mensajero que el ozono a dosis terapéuticas ha disparado.
Extraido de Schwartz, A; Martínez-Sánchez, G. (2012). La Ozonoterapia y su fundamentación científica. Revista Española de Ozonoterapia. Vol. 2, nº 1, pp. 163-198.
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Sitio de informacion y divulgacion cientifica sobre la aplicacion de Ozonoterapia Medicinal en Paraguay. A cargo del Prof. Dr. Miguel Angel Velazquez Blanco, miembro de la ABOZ (Asociacao Brasileira de Ozonioterapia).
lunes, 17 de junio de 2013
FUNDAMENTOS CIENTIFICOS DE LA OZONOTERAPIA (Primera parte)
En la siguiente serie de articulos vamos a aprender acerca de los fundamentos cientificos de la OZONOTERAPIA basandonos en un excelente articulo de la REVISTA ESPAÑOLA DE OZONOTERAPIA hecho por los colegas Schwartz y Martinez Sanchez y publicados en el ao 2012. Espero que les sirva para despejar las dudas y los temores que pudiesen existir.
1. HISTORIA DE LA OZONOTERAPIA
La ozonoterapia ha sido utilizada con fines terapéuticos desde finales del siglo XVII, en diferentes modalidades con resultados terapéuticos inesperados en algunas patologías. No obstante existe aún en la actualidad un elevado prejuicio en la comunidad médica en general al uso de esta terapia. El presente trabajo tiene como objetivo analizar los antecedentes y principales hallazgos que sustentan el uso médico del ozono desde el punto de vista científico.
La búsqueda y localización de la información, incluyó una revisión de libros, artículos científicos en la Base de Datos MEDLINE (PubMed) y en la base de datos ISCO3 (Zotero), entre los años 2000-2012, para lo cual se utilizaron en lo fundamental los descriptores siguientes: ozono, ozono terapia, oxígeno ozono terapia y tratamiento con ozono. Se localizaron las fuentes de información primaria (artículos originales). La búsqueda bibliográfica incluyó artículos científicos de revisión y de resultados experimentales.
En la literatura científica la primera mención acerca del ozono fue hecha por el físico holandés Martin va Marum en 1785. Durante experimentos con una potente instalación para la electrificación descubrió que al pasar una chispa eléctrica a través del aire aparecía una sustancia gaseosa con olor característico, que poseía fuertes propiedades oxidantes. En 1840 el profesor de la universidad de Basilea Cristian Frederick Schönbein relacionó los datos de los cambios en las propiedades del oxígeno con la formación de un gas en particular al cual llamó ozono (de la palabra griega ozein “oloroso”). Schönbein detectó por primera vez la capacidad del ozono para unirse con sustratos biológicos en las posiciones correspondientes a los enlaces dobles.1 El químico alemán Christian Friedrich Schönbein, también es conocido por el descubrimiento de la nitrocelulosa.
En 1857 con ayuda del “moderno tubo de inducción magnética” creado por Werner von Siemens se construyó el primer aparato técnico de ozonización, que fue empleado en una instalación para la purificación de agua potable. Desde entonces la ozonización permite obtener de modo industrial agua potable higiénicamente pura y apta para el consumo humano. Cien años después el Dr. Joachim Hansler construyó el primer generador medicinal de ozono que daba la posibilidad de dosificar con precisión la mezcla ozono-oxígeno.1
En 1885 la sociedad médica de la Florida (Estados Unidos) publica el libro “Ozono”, escrito por el Dr. Charles J. Kenworth, donde se daban detalles sobre el uso del ozono con fines terapéuticos. En octubre de 1893 se instaló en Holanda (Ousbaden) el primer sistema de tratamiento de aguas con ozono, extendido en la actualidad a más de 3 000 plantas de tratamiento de aguas con ozono. En septiembre de 1896 fue patentado por Nikola Tesla un sistema generador de O3. En 1900 formó la compañía Tesla Ozono que comenzó a vender máquinas generadoras de ozono y aceite de oliva ozonizado para uso médico.
En 1898 se fundó en Berlín el Instituto para la Sanación con Ozonoterapia por Thauerkauf y Luth. A partir de este año comenzaron a experimentar con la administración del ozono mediante inyecciones. En 1902 el diccionario práctico de Materia Médica de Londres a cargo de J.H. Clarke describe el uso exitoso del agua ozonizada que llamó Oxygenium en el tratamiento de anemia, cáncer, diabetes, influenza, envenenamiento por morfina, aftas, y tosferina. Este describía el uso de las inyecciones de O3 dentro de su práctica habitual.
En 1904 se edita el libro “Usos medicinales del hidrozon” (agua ozonizada) y “glicozon” (aceite de oliva ozonizado), de Charles Marchand, un químico de Nueva York. En el libro que se conserva en la librería del Congreso de Estados Unidos se puede ver un sello de la asociación de Cirujanos Generales de ese país dando su aprobación. En 1911 fue publicado el Manual de Trabajo para Altas Frecuencias del Dr. Noble Eberhart del Departamento de Fisiología y Terapia de la Universidad de Loyola en Chicago. En su capítulo 9 se detalla el uso del ozono en el tratamiento de la tuberculosis, anemia, clorosis, tosferina, tétanos, asma, bronquitis, fiebre alta, insomnio, neumonía, diabetes, gota y sífilis. En 1913 se crea la primera sociedad alemana de ozonoterapia bajo la dirección del Dr. Eugene Blass con el nombre de Eastern Association
for Oxygen Therapy.2
Durante la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), el Dr. Albert Wolff de Berlín fomenta el uso del ozono para el tratamiento de heridas, pie de las trincheras (también conocido como pie del foso o pie congelado), gangrena y para paliar los efectos del gas venenoso. También utiliza el ozono para el cáncer de colon, cáncer cervical y las úlceras de decúbito. En ese entonces el uso de bolsas de goma dificultó el éxito de los tratamientos.
En 1926, el Dr. Otto Warburg del Instituto Kaiser de Berlín publica que la causa del cáncer es la falta de oxígeno a nivel celular. Este investigador recibió el Premio Nobel de Medicina en 1931. Los directores de los hospitales más relevantes de los E.E.U.U., publicaron en 1929 el libro “Ozone and Its Therapeutic Action”, en el que se enumeraron 114 enfermedades y su tratamiento mediante la aplicación de ozono.3. El odontólogo suizo E.A. Fish (1899-1966) fue el primero en intuir las enormes ventajas del O3 en el tratamiento local. Trabajó con ozono y agua ozonizada desde antes de 1932 cuando trató con buenos resultados una pulpitis gangrenosa con una inyección del gas. El paciente tratado fue el Dr. Edwin Payr (1871-1946) quien de inmediato comprendió la utilidad del ozono y se entusiasmó en su aplicación en cirugía general. Publicó en 1935 un artículo de 290 páginas titulado “Tratamiento con ozono en cirugía” presentándolo al 59º congreso de la sociedad quirúrgica alemana. Entre 1934 y 1938 los Drs. Aubourg y Lacoste en Francia, usaron el ozono mediante insuflación rectal para tratar problemas de fístulas. En 1938 Paul Aubourg publicó un artículo sobre los éxitos conseguidos en el hospital de Beaujon (Cliché, Ille de
France).
En 1933 la Asociación Médica Americana (AMA) dirigida entonces por el Dr. Simmons, instó al Gobierno de los Estados Unidos para que se prohibieran todas las terapias que no fueran medicamentos autorizados y debidamente registrados, con lo que decae el uso del ozono en este país. De esta forma se otorga un beneficio exclusivo al monopolio de las compañías farmacéuticas. La decisión de Simmons produjo reacciones no favorables en el seno de la AMA. El Dr. Emanuel Josephson de New York escribió: “The methods which Simmons and his crew used in their battle for a monopoly of medical publications and of advertisements to the profession were often crude and illegitimate (...) The AMA has openly threatened firms that advertise in media other than their own journals with withdrawal of ‘acceptance’ of their 166
products”[“Los métodos que usaron Simmons y su equipo en su batalla por el monopolio de las publicaciones médicas y de la publicidad a la profesión a menudo eran ilegítimos y burdos (...) La AMA ha amenazado abiertamente las empresas que no publican en otros medios que no sean sus propias revistas, con la retirada de la ‘aceptación’de sus productos”]. El Dr. Josephson describió además el comportamiento del Dr. Simmons en el seno de la AMA como “conspiracy in restraint of trade, and extortion” [conspiración para restringir el comercio, y extorsión], agregando que “almost every branch of the Federal Government active in the field of medicine was completely dominated by the Association” [casi todas las áreas del Gobierno Federal activas en el campo de la medicina, estaban completamente dominadas por la
Asociación].
En 1951 el Dr. William Turska escribió “Oxidation” que es una lectura recomendada hasta hoy en día. Fue pionero en la inyección de ozono en la vena porta para alcanzar mejor al hígado. Sus resultados fueron excelentes. En 1950 el Dr. W. Zable lo utiliza para el tratamiento del cáncer y siguen su ejemplo los doctores P.G. Seeger, A. Varro y H. Werkmeister. En 1952, el National Cancer Institute verifica los hallazgos del Dr. Otto Warburg respecto a que la causa del cáncer podría originarse en el déficit de oxígeno tisular.
Desde 1953 el Dr. Hans Wolff (1924-1980) creó la primera escuela de ozonoterapia formando a muchos médicos; y en 1961 introdujo las técnicas de auto-hemoterapia mayor y menor. Creó en 1972 junto con el Dr. Joachim Haensler la Sociedad Alemana de Ozonoterapia. En 1979 publica su libro “Das Medizinische Ozon” (El Ozono en Medicina) (Heidelberg, VFM Publications, 1979).
En 1957, el Dr. Joachim Haensler (1908-1981) patentó su generador de ozono que ha sido la base de la expansión de la ozonoterapia Alemania. Hoy en día más de 11 000 profesionales de la salud alemanes utilizan el ozono en su trabajo diario. En 1977 la Dra. Renate Viebahn proporciona una descripción técnica de la acción del ozono en el cuerpo. Diez años más tarde, en 1987, junto con el Dr. Siegfried Rilling publican “The Use of Ozone in Medicine”, convirtiéndose en uno de los libros de referencia.
En 1979, el Dr. George Freibott comenzó a tratar con ozono a su primer paciente de SIDA con resultados esperanzadores, seguido por del Dr. Horst Kieff quien en 1980 informaba sobre sus resultados. La revista Science publicó el artículo: “Inhibición selectiva del crecimiento de células cancerosas humanas por el ozono”.
El primer Centro de Investigación de Ozono del mundo fue fundado en Cuba. En 1990 los éxitos en el tratamiento de la Retinosis Pigmentaria, Glaucoma, Retinopatías y Conjuntivitis fueron publicados allí por un grupo de investigadores liderados por la Dra. Silvia Menéndez, el Dr. Frank Hernández, el Dr. Orfilio Peláez y otros.5 En 1992, un grupo de investigadores rusos dieron a conocer sus experiencias tratando grandes quemados con baños de suero fisiológico al límite de saturación previamente tratado con ozono burbujeante. Sus resultados fueron asombrosos.
Los primeros usos del ozono se basaron en sus propiedades bactericidas6-8. En 1993 Carpendale y Freeberg encontraron importantes aplicaciones del O3 en pacientes afectados de VIH/SIDA, estudio sucesivo a las observaciones realizadas en 1991 sobre la inactivación viral (virus VIH-1) dosis dependiente.9 En 2002 aparece el libro “Ozono, un nuevo fármaco” del profesor de la Universidad de Siena (Italia) Velio Bocci, que constituye un libro de referencia para la práctica de la ozonoterapia.10 Seguido de varios más del mismo autor. El 2008 fue un año rico en publicaciones de libros de ozonoterapia, entre los que se encuentran el del ruso Oleg Maslennikov et al. “Ozone Therapy in Practice: Health Manual. Ministry of Health Service of the Russian Federation”; el la cubana Silvia Menéndez et al. “Ozono Apectos Básicos y Aplicaciones Clínicas”; y el del alemán Z. Fahmy, “The Application of Ozone Therapy in Pain Management, Rheumatic and Orthopaedic Diseases”. En el 2011 se publica la obra más completa escrita en español, el libro “Guía para el uso médico del ozono: fundamentos terapéuticos e indicaciones” de Adriana Schwartz et al. publicado por la Asociación Española de Profesionales Médicos en Ozonoterapia, AEPROMO.3
2. SITUACION ACTUAL DE LA OZONOTERAPIA EN EL MUNDO
En la actualidad existen más de 40 asociaciones nacionales e internacionales que agrupan los profesionales que practican esta terapia, revistas especializadas indexadas, cursos de formación continuada y congresos sobre el tema. Sin embargo la aplicación generalizada de la ozonoterapia y su regularización por parte de las autoridades es un tema crítico en la actualidad. La ozonoterapia se enfrenta al bloqueo a su introducción por parte de la potente industria farmacéutica que vería disminuida la venta de fármacos. Además la venta de maquinas generadoras y dispositivos para la terapia que comercializan sus productos entre profesionales de la salud, sin que cumplan los estándares establecidos y/o sin poseer una adecuada preparación teórica y práctica pueden generar accidentes en su aplicación, lo que dañaría la imagen de esta terapia. Por otra parte, su utilización por personas no debidamente formadas puede dar lugar a malas prácticas médicas.
Uno de los intentos más exitosos y recientes para unificar los criterios en cuanto a métodos y procedimientos estándar a seguir, fueron recogidos en la “Declaración de Madrid sobre la Ozonoterapia”, firmado en Madrid, España (4 de junio de 2010) durante el Encuentro Internacional de Escuelas de Ozonoterapia, organizado por AEPROMO – Asociación Española de Profesionales Médicos en Ozonoterapia, en la Real Academia Nacional de Medicina. La Declaración la han firmado 26 organizaciones nacionales e internacionales de ozonoterapia y se ha traducido a diez idiomas. En la actualidad la “Declaración” es el único documento realmente global existente sobre la ozonoterapia y sus recomendaciones son ampliamente
aplicadas en diferentes lugares del mundo. No obstante, la ozonoterapia sigue encontrando dificultades para tener aceptación amplia en el mundo médico y su formal incorporación en las normativas regularizadoras de los Estados. Los profesionales e investigadores de la medicina continúan en la batalla a favor de la aplicación de esta modalidad terapéutica, buscando el beneficio de los pacientes del modo más sencillo y seguro.
Debe quedar claro que para que la práctica de la ozonoterapia sea segura se debe:
1) Usar un generador preciso. Dentro de la Unión Europea el generador debe poseer el marcado CE.
2) Manejar dosis, volúmenes y concentraciones precisas y bien definidas. La dosis total se calcula multiplicando la concentración por el volumen. Conociendo la dosis óptima se logra un efecto terapéutico sin toxicidad alguna.
3) Asegurar que el médico tenga una buena formación en la terapia por entidades reconocidas y competentes.
4) Disponer por parte de las autoridades sanitarias las regulaciones del caso que permitan tanto al paciente como al terapeuta recibir y trabajar bajo normas de seguridad.
5) Disponer de fondos para la investigación continuada.
Un análisis de los trabajos científicos generados en torno al tema del impacto del ozono sobre la salud humana mostró cómo muchos de ellos se enfocan básicamente en la descripción de sus efectos tóxicos y su impacto ambiental (Fig.1). Para explicar estos propios efectos, los estudios más profundos sobre sus mecanismos de acción a nivel biológico también se han incrementado. Se puede observar además un rápido crecimiento del número de estudios, ya sea básicos como aplicados, relativos al uso médico del ozono. Estudios que incluyen la explicación de los mecanismos bioquímicos y farmacológicos mediante los cuales el ozono ejerce sus efectos.
El principal obstáculo a la aceptación amplia de la ozonoterapia está asociado en gran parte a los obstáculos que impone la gran industria del fármaco, activando campañas mediáticas en contra de estos procederes, al punto de llegar a una pura ignorancia científica. Injustamente y sin base científica se ha afirmado que “el ozono es tóxico en cualquiera sea su uso”, olvidando que los efectos del ozono médico como el de casi todas las sustancias, dependen de la dosis; y que a pesar de esas falsas afirmaciones el ozono se considera uno de los mejores desinfectantes del agua potable, capaz de evitar brotes de infección. Usado en concentraciones apropiadas el ozono puede activar mecanismos antioxidantes que protegen al organismo del efecto de los radicales libres, involucrados en el envejecimiento y en un gran número de patologías.
A pesar del empirismo que antecedió la práctica de la ozonoterapia y a los escasos fondos disponibles para la investigación en este campo, en los últimos años han ido apareciendo una cantidad creciente de libros y trabajos investigativos que constituyen el soporte científico de este procedimiento terapéutico. Según la base de datos «Web of Science» revisada en 2009, el número de trabajos sobre el uso del ozono en el campo médico se ha incrementado notablemente. Mientras que en el período 1974-1979 aparecieron solo 2 artículos, entre 2005 y 2008 su número se había incrementado a 140
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Schwartz, A; Martínez-Sánchez, G. (2012). La Ozonoterapia y su fundamentación científica. Revista Española de Ozonoterapia. Vol. 2, nº 1, pp. 163-198.
Para ampliacion de informacion no dude en consultar: C.I.S. Eligio Ayala c/ EEUU. Solo con estricta reserva de turnos al 021 212421 y 021 214284 con la Srta. Silvia.
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